El Poder de la Inspiración

En Cadaniño, creemos que la inspiración es una fuerza poderosa y contagiosa que puede transformar vidas y forjar futuros más brillantes. Todo comienza con nuestra misión de amar, enseñar y servir a niños y familias vulnerables a través de programas extracurriculares basados en la fe, la educación, el acompañamiento y las oportunidades. Pero la verdadera magia sucede cuando esa inspiración es recibida por quienes servimos y se multiplica.

Todo empieza con nuestros maestros. No solo los capacitamos para que enseñen, sino que los animamos a motivar a sus estudiantes a desarrollar su potencial sembrando semillas de posibilidad. A medida que esa inspiración penetra en los niños y jóvenes de nuestros programas, ellos empiezan a creer que pueden hacer más, ser más y dar más. Y cuando esa chispa prende, los resultados son extraordinarios.

De alumno a maestro: El camino de Jonathan

Hace años, Jonathan era solo un estudiante tranquilo en una de nuestras clases de computación. Era brillante, curioso y con muchas ganas de aprender. Con el aliento de sus maestros y una creciente pasión por la tecnología, se dedicó a sus estudios. Hoy, Jonathan es uno de nuestros principales instructores de STEM. Pasó de ser un estudiante detrás de una pantalla a un maestro frente a una clase, iluminando el camino para otros.

Ahora, Jonathan es mentor de estudiantes como Óscar, un innovador en potencia con una increíble determinación. Con solo 16 años, Óscar se unió a nuestro club de impresión 3D y ahora viene al centro todos los días, impulsado por su pasión por aprender. Recientemente diseñó, imprimió y construyó un vehículo 4x4 funcional, utilizando kits de ingeniería, impresión 3D y electrónica, e incluso programó sus luces funcionales usando Arduino, una plataforma de robótica que apenas había empezado a aprender un mes anterior.

Pero el camino de Óscar no trata solo de tecnología. Se trata de inspirar a quienes servimos para que crean que ellos también pueden invertir en otros, así como alguien una vez invirtió en ellos.

Del confinamiento al lanzamiento: El Club Juvenil de Misiones

Esa misma chispa de inspiración está en el corazón de nuestro Programa Juvenil de Misiones, que nació durante uno de los momentos más difíciles que enfrentamos: la pandemia de COVID-19. Cuando el gobierno impuso confinamientos, nos adaptamos para atender las necesidades de más de 150 familias a las que servimos. Una de las mayores necesidades era la alimentación, ya que muchas personas perdieron sus trabajos y se encontraban en situaciones desesperadas.

Sin embargo, lo que comenzó como una respuesta de emergencia para nuestras familias pronto se transformó en algo más grande, al descubrir que muchos ancianos confinados y madres solteras de la comunidad tampoco tenían alimentos. La necesidad era mayor de lo que podíamos cubrir, así que nos preguntamos: “¿Y si nuestros estudiantes también pudieran ser parte de la misión?”

Desafiamos a los jóvenes a quienes veníamos discipulando para que ellos también fueran las manos y los pies de Jesús. Ellos respondieron, ayudándonos a entregar alimentos de emergencia a los necesitados, ancianos y enfermos durante el confinamiento. Cuando este terminó, quisieron seguir sirviendo, así que lanzamos lo que hoy es el Club Juvenil de Misiones de Cadaniño. Es un movimiento de decenas de estudiantes que han enseñado fielmente clases bíblicas a otros en sus comunidades cada mes durante los últimos cuatro años. Con más de 120 niños escuchando la palabra de Dios cada mes en hogares de las comunidades donde servimos, están cumpliendo con el mandato bíblico de 2 Timoteo 2:2:

"Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, confía a personas dignas de confianza, que a su vez estén capacitadas para enseñar a otros."

Inspiración que se multiplica

Ya sea a través de una impresora 3D, una visita a un hogar, una lección de STEM o una escritura compartida en una sala de estar, el principio es el mismo: las personas inspiradas inspiran a otros.

En Cadaniño, no solo enseñamos, discipulamos. No solo equipamos, empoderamos. Hemos visto que cuando alguien se siente inspirado a encontrar su propósito, no lo guarda para sí; lo comparte con otros.

Por eso enfatizamos a nuestros estudiantes que la verdadera grandeza no se encuentra en el reconocimiento ni en los logros personales, sino en cómo servimos y levantamos a los demás. Ya sea ayudando a un compañero a entender un reto de codificación, entregando alimentos a una familia necesitada o enseñando a un niño pequeño sobre el amor de Dios, nuestros estudiantes están aprendiendo a encarnar las palabras de Jesús:

"En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mateo 25:40).

Para nosotros, este versículo es más que un texto, es un principio que guía nuestro Club Juvenil de Misiones, nuestros programas de discipulado y la formación de corazones jóvenes para liderar con humildad, compasión y propósito.

De Jonathan a Óscar, del alcance durante el confinamiento a un movimiento misionero liderado por estudiantes, seguimos viendo cómo Dios usa a personas ordinarias —estudiantes, maestros y misioneros— para lograr cosas extraordinarias.

¿Y la parte más emocionante?

Apenas estamos comenzando.

Timothy Martiny

Presidente, Cadaniño

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